La norma, que entra en vigor el 1 de agosto, impone requisitos obligatorios de ciberseguridad para que los dispositivos IoT puedan comercializarse en la UE.
A partir del próximo 1 de agosto entrará en vigor la norma EN 18031, desarrollada por la Unión Europea como complemento a la Directiva sobre Equipos Radioeléctricos (RED). Esta nueva regulación representa un punto de inflexión en materia de seguridad para los dispositivos con conectividad inalámbrica que forman parte del Internet de las Cosas (IoT), al establecer requisitos obligatorios para su comercialización en el mercado comunitario.
La intención de esta norma es clara: ofrecer mayor protección a los consumidores y organizaciones europeas ante los riesgos que presentan los dispositivos IoT, como accesos indebidos, robo de información o ciberataques.
Para lograrlo, la regulación impone a fabricantes y distribuidores el cumplimiento de tres requisitos esenciales:
Aquellos dispositivos que no cumplan estos requisitos no obtendrán el marcado CE o “Conformité Européenne”, certificación indispensable para su comercialización en el Espacio Económico Europeo (EEE).
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